La estatua de mármol blanco del célebre maestro Jean Hérard Richard, conocido como Richie, líder del grupo KLASS, fue encontrada decapitada pocos días después de su instalación en la plaza Vincent de Carénage, Cabo Haitiano. Esta efigie, inaugurada el 28 de diciembre de 2024, fue encargada por fans del grupo en colaboración con el ayuntamiento, con el objetivo de rendir homenaje al artista por su inmensa contribución a la música haitiana.
Creada en República Dominicana por la artista dominicano-italiana Padila C. Juan, la obra rápidamente generó debate en la esfera pública. Aunque pretendía honrar a Richie, que todavía está vivo, la iniciativa fue percibida por una parte de la población como una violación flagrante del artículo 7 de la Constitución haitiana enmendada de 1987. Este artículo prohíbe cualquier forma de culto a la personalidad, precisando que los nombres o efigies de personas vivas no pueden adornar monumentos públicos sin autorización expresa.
La inauguración dividió así la opinión. Por un lado, muchos admiradores vieron este gesto como un justo reconocimiento del impacto cultural de Richie, mientras que otros denunciaron un ataque a las leyes fundamentales del país. Esta polémica probablemente contribuyó al acto de vandalismo perpetrado contra la estatua, cuya cabeza fue encontrada aplastada en el suelo.
A pesar de esta polémica, el grupo KLASS, en gira nacional tras varios años de ausencia, fue recibido con fervor por sus fans durante las fiestas de fin de año, especialmente en Cabo Haitiano y en la ciudad de Les Cayes. El talento de Richie y la energía del grupo musical siguen seduciendo al público haitiano, consolidando así su estatus como íconos musicales.
El proyecto para instalar la estatua fue financiado con contribuciones de fanáticos agrupados bajo la organización Klass Family. Se recaudaron aproximadamente 20.868 dólares estadounidenses para crear esta obra. Sin embargo, la falta de consultas legales y autorizaciones apropiadas puso de relieve fallas en la gestión de este ambicioso proyecto.
El caso reaviva el debate sobre respeto por los marcos constitucionales en Haití y plantea interrogantes sobre cómo honrar a las figuras culturales contemporáneas sin dejar de ser fieles a las leyes vigentes. La destrucción de la estatua marca un nuevo capítulo en esta controversia, poniendo de relieve las tensiones entre el reconocimiento de los artistas y el rechazo de prácticas percibidas como contrarias a los principios democráticos.
Ni Richie ni las autoridades locales han respondido todavía oficialmente a este acto de vandalismo. La comunidad artística y los fans del grupo KLASS, sin embargo, esperan que se pueda encontrar una solución constructiva. Este incidente pone de relieve la necesidad urgente de un diálogo nacional para conciliar la valorización de las figuras culturales y el respeto de las leyes.
Mientras continúa la gira KLASS, los seguidores de Richie permanecen unidos en su admiración por su trabajo y su papel en la música haitiana. Esperan que este evento no empañe el legado del artista, sino que sirva para fortalecer las discusiones sobre formas de honrar el talento respetando las reglas establecidas.