Un acto de violencia de dramática intensidad sacudió Puerto Príncipe este martes, durante la ceremonia de reapertura del Hospital Universitario Estatal de Haití (HUEH), más conocido como Hospital General. Siete periodistas resultaron heridos en un ataque armado perpetrado por bandas que operan en la parte baja de la ciudad, poniendo de manifiesto una vez más la alarmante inseguridad que reina en la capital haitiana.
Entre las víctimas de este ataque se encuentran figuras reconocidas del mundo mediático haitiano, como Petyon Robens, Réginald Baltazar, Miracle Velondie, Florise Deronvil, Jean-Jack Aspèges, Jocelyn Justin y Rosemond Vernet. Presentes para cubrir este acontecimiento de importancia nacional, estos periodistas fueron atacados incluso antes de la llegada de la ministra de Salud Pública, Duckenson Lorthe Blema.
El Hospital General, símbolo de resiliencia y esperanza para muchos haitianos, cerró sus puertas el pasado mes de marzo debido a la escalada de violencia en el centro de la ciudad. Su reapertura, prevista como un paso significativo hacia la normalización de los servicios sanitarios, se ha transformado trágicamente en una demostración de la impunidad con la que las bandas armadas operan en más del 80% del territorio de la capital.
La escena sembró el pánico entre los participantes, poniendo de relieve la imposibilidad para los profesionales, ya sean periodistas, médicos o representantes del Estado, de trabajar con total seguridad. Este incidente, lamentablemente no aislado, reaviva los debates sobre la urgencia de restablecer un clima de seguridad en el país.
Las reacciones nacionales e internacionales no se hicieron esperar. El Coordinador Humanitario de la ONU en Haití condenó enérgicamente el ataque y exigió una mejor protección de las estructuras médicas y de los trabajadores humanitarios y de los medios de comunicación. También se alzan muchas voces para denunciar el silencio de las autoridades locales ante la inacción en la lucha contra la delincuencia que azota a Puerto Príncipe.
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La difícil situación de los periodistas en Haití se ha vuelto emblemática de una crisis mayor. Amenazados, atacados y a menudo impedidos de cumplir su misión de información, actúan en un clima de miedo y violencia exacerbada. Este incidente tiene lugar en un contexto en el que los profesionales de los medios de comunicación son atacados periódicamente, lo que ilustra la fragilidad de los derechos fundamentales en el país.
Para muchos observadores, este ataque al Hospital General es una prueba más de la necesidad de una intervención rápida y coordinada para asegurar la capital. Mientras la comunidad internacional aumenta los pedidos de ayuda e iniciativas, las bandas armadas continúan desafiando abiertamente la autoridad estatal, lo que hace extremadamente difícil cualquier intento de reconstrucción.
El Hospital General, que iba a representar una renovación del sistema de salud haitiano, se encuentra ahora asociado a una tragedia. Este evento nos recuerda que la violencia en Haití no perdona a nadie y amenaza con destruir los esfuerzos de recuperación nacional.